16 dic 2015

EL CLUB TAURINO DE MURCIA NOS INFORMA: MARTES TAURINO CON RAFAELILLO

 “El tiempo que me quede en esta profesión voy a defender al cien por cien mi dignidad profesional”



     El matador de toros Rafael Rubio “Rafaelillo”, recién llegado de Punta Cana de viaje de novios, pasó ayer por el Club Taurino de Murcia para analizar su temporada 2015, en un acto incluido en sus tradicionales Martes Taurinos, que fue conducido por el radiofonista Miguel Massotti.

      Antes del análisis de la temporada propiamente dicho, y ante las noticias que le situaban la próxima temporada apoderado por la empresa Taurodelta, Rafael fue tajante: “Todo sigue igual. Lionel Buisson seguirá siendo mi apoderado. De hecho ha quedado en reunirme con él esta semana para ir planificando la temporada. Es cierto que hubo contactos y conversaciones, pero no fueron a más”.

     El del Barrio del Carmen valoró una temporada en la que ha actuado en 12 corridas de toros y tres festivales, con largos periodos de tiempo a lo largo de ella sin un solo contrato, como por ejemplo, el mes de septiembre en el que no vistió el traje de luces. “Ha sido la temporada más importante de mi vida. Si la espada hubiera entrado en momentos puntuales hubiera sido espectacular. Estamos hablando de ocho o nueve orejas en plazas de primera que se han ido. Sin embargo, otras temporadas toreando más y cortando más orejas no he crecido profesionalmente, ni se me ha reconocido lo realizado en los despachos tanto como ésta”, afirmó el murciano, aunque reconoció que se presentaba muy cuesta arriba. “Tras la putada de dejarme fuera de Fallas después del triunfo el año anterior en la Feria de Julio con la corrida de Cuadri, en Sevilla que era imposible entrar y Madrid a una tarde en el último minuto con más de la mitad de las ferias cerradas, sabía que la situación se ponía muy difícil”.

     Sin embargo esa tarde en la última de San Isidro marca un punto de inflexión en su situación profesional. “Ha sido la tarde más importante de mi vida. Por lo que ha significado, por la situación en la que estaba personal y profesionalmente y por las injusticias que se habían cometido conmigo. Hubo mucha entrega, madurez, garra y momentos de dejarme ir. Me vacié y lloré de rabia y de felicidad a la vez. Hasta que no daba la vuelta al ruedo y veía a la gente emocionada gritándome torero, torero, no era consciente de lo que había hecho”.

    Tras ese triunfo Rafaelillo toma decisiones interiores de gran relevancia. “He decidido que los años que me queden en activo voy a defender al cien por cien mi dignidad profesional dentro y fuera de la plaza. Mientras tenga la capacidad de jugarme la vida en la plaza, la tendré para defender mi dignidad. El día que levante el pie del acelerador, será el momento de plantearse la retirada”.

    En su repaso de temporada, el del Barrio del Carmen destacó su importante triunfo en la Feria de Julio de Valencia en su mano a mano con Manuel Escribano, tarde que en un principio fue ofrecida al murciano para matar la corrida de Miura en solitario; el triunfo en la que afirmó ser su plaza talismán, la francesa de Mont de Marsan; las importantes tardes de Bilbao y Dax, y su paso por Villarobledo y Vic Fecensac. La peor tarde de la temporada para el murciano fue en la localidad francesa de Aire Sur L’adour.

    El cierre de temporada en Madrid en la Feria de Otoño y Zaragoza, fueron el colofón necesario para una temporada tan importante. “A Madrid volvía acojonado porque después de lo de San Isidro, era muy difícil que se repitiera algo parecido. Sin embargo, pude cortar la oreja a mi primer toro y la sensación es que sigo manteniendo el crédito y el respeto en Madrid”, añadiendo que: “En Zaragoza había que acabar pegando un golpe. Hice cosas muy importantes y puse a todo el mundo de acuerdo. El primer toro me partió una costilla y recuerdo que en la enfermería lloré de rabia acordándome de mis hijas, de mi mujer y de lo duro e injusto que es esto a veces, y aunque los médicos me recomendaron no salir, volví a la plaza hecho un bicho y el público captó el mensaje en una tarde que me va a dar mucho”

     La gran espina de la temporada ha sido para Rafaelillo su ausencia en Murcia. Ya en el Festival del Cáncer entró por la vía de la sustitución. “No me pilló de sorpresa. El año anterior siendo triunfador de la feria y habiendo indultado un toro ya me dejaron fuera. Me llamaron para la sustitución a las diez de la noche cuando ya se veían sin toreros. En ese momento me acordé de mi hermano Joaquín y me tiró el lado humano dejando a un lado el profesional, y tiré para adelante con el corazón. Lo disfruté muchísimo”. Sin embargo para la feria no hubo entendimiento a pesar de las negociaciones que existieron. “Ángel Bernal puso mucho interés por ponerme en la feria. Estuvimos reunidos personalmente dos veces pero con posturas muy distintas y sin posible arreglo. Tomé una decisión que de aquí para atrás no me había atrevido a tomar porque no quería torear en Murcia sin sentir la valoración que creía me merecía. Lo asumí y lo llevé con tranquilidad y esperando que sea cosa de un año”.

    Rafael afirmó que Ángel Bernal le llegó a ofrecer la sustitución de Alejandro Talavante. “Me llamó para la segunda sustitución. La primera de Paquirri se la dio a López Simón. Pero me ofrecía las mismas condiciones que años anteriores, y si en otras plazas se me estaba valorando lo que estaba haciendo en el ruedo, en Murcia también creo que lo merecía”.



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