23 jul 2017

PACO UREÑA ESCRIBE UN DÍA HISTÓRICO EN VALENCIA


DOS GRANDES FAENAS, COGIDO Y CON UN CIEGO EN EL PALCO, EL MURCIANO CONSIGUE ENTRAR EN LA HISTORIA DE LA PLAZA DE VALENCIA



 "No hay peor ciego que el que no quiere ver" exclama el famoso dicho español y eso mismo es lo que ha ocurrido en la plaza de toros de Valencia con el presidente del festejo, donde todo el público ha visto la labor de Paco Ureña y el único que no la ha querido ver ha sido precisamente él, negándole una más que merecida segunda oreja, solicitada por todo el respetable.

    A pesar de haber salido por su propio pie del coso de la calle de Xátiva, Paco Ureña ha escrito con letras de oro (y sangre) una de las páginas grandes de la historia de esta plaza, la cual será recordada por muchos años y será ejemplo para toreros y aficionados.

  Había realizado Paco Ureña una gran faena al segundo de la tarde, ya tenía la oreja prácticamente en la mano, tras torear la natural de manera soberbia, mandando, bajando la mano y con el compás abierto y todo ello tras aguantar al de Luis Algarra los parones y "miraditas" al comienzo de la faena, enseñándole a seguir la franela y barriendo el albero. Había pinchado en todo lo alto y se lanzó nuevamente con toda verdad detrás del estoque, siendo cogido de manera tremenda, con la suerte de que el astifino pitón no le causó ninguna herida, pero si un auténtico palizón, se levantó para caer seguidamente al suelo sin conocimiento y tras ser llevado a la enfermería salió nuevamente para ver morir al astado, escuchando una atronadora ovación.

   Corrió turno y Paco Ureña salió a torear el sexto de la tarde. El público puesto en pie dedicó una atronadora ovación a la cual se vió obligado a saludar.

   Y como Ureña no es de los que se dedican al cuento, se plantó de salida a pies juntos para dar unas verónicas templadas para recibir al de Luis Algarra, luego otras cargando la suerte de verdad. Con la muleta volvió a lo suyo "torear con verdad, gusto y valor". Una faena donde, a pesar de estar mermado de facultades, el de Lorca se empeñó en querer estar como ni no hubiese pasado nada, la cual comenzó con unos estatuarios en el centro del anillo, para dar una lección de torería por ambos pitones. Mató de una buena estocada y el público puesto en pie nuevamente solicitó las dos orejas para Ureña. Todos habían visto lo realizado, menos quien no quiso ver, y sólo concedió una. Tras una bronca histórica para el presidente, Paco Ureña fue despedido con gritos de ¡Torero, Torero!.

  Nota personal: Épica y merecedora de un premio fotográfico la instantánea de Joserra Lozano, de Simón Casas Production, de Paco Ureña tras el percance y que está dando la vuelta al mundo. Una instantánea que refleja una de las máximas verdades del toreo "La soledad y la auténtica verdad del hombre que se viste de luces"



Fotos: Joserra Lozano (Simón Casas Production) 



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