Paco Ureña: "Mi amor al toro es lo que me hace
seguir adelante"
El torero lorquino quiere refrendar este
temporada las sensaciones que dejó en Las Ventas en 2013
Tras siete duros años en los que apenas toreó, dos tardes
importantes en Las Ventas en 2013 hicieron que el mundo del toro volviera a
fijarse en él. El que fuera prometedor novillero no había tenido suerte en su
carrera hasta esas corridas de agosto y octubre en Madrid en las que cuajó
faenas importantes dejando un aroma a toreo puro en el albero. El lorquino Paco
Ureña está confiado y hoy, bajo el apoderamiento de la Casa Chopera, se muestra
confiado en sus posibilidades.
El matador, de 31 años, inauguró los Martes Taurinos de
2014 y se mostró muy sincero en la charla mantenida con Francisco Ojados. Una
charla que comenzó recordando el largo periodo sin torear pese a los buenos
augurios que le acompañaron como novillero.
De hecho, Ureña irrumpió en 2005 en Madrid, que él
considera su plaza, cuando cortó una oreja y ganó el Certamen de Novilleros de
Canal +. "Gracias a Madrid me lancé. Fue una época en la que toreé
bastante", recordó Ureña, que se presentó como novillero con caballos en
Calasparra y debutó en Murcia con una novillada de Manolo González. Empezaba el
difícil sueño de ser torero.
El lorquino se marchó a Sevilla con 15 años a formarse. "Murcia
es una tierra que amo pero sabía que aquí me costaría mucho trabajo ser lo que
quería ser. Tenía claro que debía desvincularme y por eso marqué tan joven mi
propio camino. Pero a esa edad, si estás solo, se vive muy mal. Se echa de
menos todo, a tu familia, a tus padres. Afortunadamente tengo una familia que
me ha ayudado mucho pero eso se supera estando con el toro y queriéndolo",
confesó.
Fue una época de aprendizaje en la que
convivió con maestros como Manili o José Antonio Campuzano, a los que recuerda
con devoción y respeto “porque me enseñaron mucho”. En Sevilla, donde sigue
viviendo, se ha ganado el respeto por ser una persona humilde. “Tengo amigos
ganaderos que se han portado muy bien conmigo y he podido tentar en estos años
en los que no he toreado mucho. La carencia de espectáculos la he suplido con
la preparación en el campo", dijo.
Durante su travesía en el desierto pensó de todo. “Sonaba
el despertador, me levantaba a entrenar y así sumaba un día tras otro. Había
momentos en que me decía, "dónde vas, Paco", y apagaba el
despertador. Pero enseguida me volvía a decir que tenía que levantarme a
entrenar. No veía la luz y pensaba en tirar la toalla, pero a los pocos días me
llamaban para tentar y entonces me decía
"por qué no, Paco". Mi amor al toro es lo que me ha hecho que no
abandone”, confesó.
Reconoció que al principio le parecía “injusto” no torear y
se enfadaba si no le ponían en los carteles. “Pero el toreo es una profesión de
intereses y si interesas estás. Si no he estado en Murcia o en otras plazas es
porque no era mi momento. Si voy es porque interesaré. En Murcia o en cualquier
otra plaza”, dijo Ureña, que tomó la alternativa en su tierra natal en 2008.
Con los años, y después de muchos días de lágrimas por no verse anunciado
durante años, aceptó que “había compañeros que merecían estar en las ferias
antes que y fue entonces cuando me desarrollé como torero y como persona".
Hubo momentos malos, pero siente que el peor fue no torear
en Lorca en el festival a beneficio de los damnificados por el terremoto. "Es
lo único que me ha hecho de verdad daño en el toreo. No estar ahí, con mi gente”,
destacó.
Juan Segura, figura
clave
El lorquino señala como una de las figuras clave en su
carrera a Juan Segura, una persona que no pertenece al mundo del toro “pero que
creyó en mí y aunque dejó de ser mi apoderado hace algunos años sigo hablando
con él todas las semanas”.
Otro nombre señalado es el de Joxín Iriarte, gestor de la
plaza de toros de Azpeitia, que también apostó por un Ureña dos años seguidos
en los que se las vio con sendas corridas de Palha, en las que cortó un total
de tres orejas y que la abrieron las puertas de Francia.
A finales de 2012 acordó unirse a Julio Fontecha y Pedro
Carra, “que fueron como un balón de oxígeno e hicieron mucho por mí”.
El punto de inflexión de la carrera de Ureña llega la tarde
de la confirmación de la alternativa en Madrid, el 25 de agosto de 2013. Las
crónicas del día hablan de él como un torero “que aporta el aire que
necesitamos”, “que deja grandes sensaciones”, “con aroma en la mano izquierda”,
“que hace un toreo muy puro”…El lorquino tendría ocasión de refrendar la buena
actuación un par de meses después en una nueva comparecencia en la Feria de
Otoño de Madrid. Las ovaciones le dicen que se ha ganado el respeto de Las
Ventas. Es “un hombre feliz que se siente infeliz porque tiene ganas de llegar
hasta donde sea capaz de llegar y donde me deje el toro”.
Paco Ureña recibe una de esas llamadas que no se pueden
rechazar tras su doble éxito en Madrid. La Casa Chopera, una de las más
importantes del mundo, será su apoderada esta temporada en la que él trabajará
por seguir evolucionando. “He avanzado en mi toreo y he encontrado cosas que
vienen muy bien a mi manera de torear. La distancia es muy importante porque
hay que saber qué quiere el toro en cada momento”, matizó.
Tendrá hueco en bastantes ferias para demostrar esa
evolución y sabe que en los ambientes taurinos suenan los ecos de lo que hizo
en Madrid el año pasado.
Pero él sigue mostrando sencillez y tranquilidad. “Quiero
ir día a día porque el que tiene que resolver soy yo. No sé dónde estaré
anunciado, pero en Madrid imagino que sí, y ojalá que sean dos tardes. Queda
mucho, no me quiero obsesionar, pero estoy loco por volver a torear en Madrid.
Se lo debo todo”, dijo el matador lorquino, que no oculta tampoco la ilusión
que le haría torear en la Feria de Murcia.
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