La Feria Taurina de Blanca ha finalizado esta tarde con amargo
sabor. Hasta el momento de la merienda el espectáculo estaba resultando de lo
más interesante. Un novillo de Fuente Ymbro lidiado en primer lugar con una
calidad extraordinaria había permitido a Román estructurar una faena en la que
sobresalió en el toreo al natural. El valenciano reaparecía después de estar en
el dique seco cerca de un mes a causa de una lesión en el tórax, y sus
credenciales fueron las de un torero de gran fondo. El segundo fue un novillo
encastado con el que se impuso un Lama de Góngora, torero con vitola de
artista, que lo hizo con una gran firmeza y valor sustentados en la base de una
gran capacidad.
Pero tras la merienda todo se truncó. El tercero, animal más montado
y de más volumen, se quebrantó al clavar los pitones en el piso tras perder las
manos. Un tanto descoordinado, el animal no aguantó y acabó echándose nada más
comenzar la faena de muleta, dando la orden el presidente de ser apuntillado a
pesar de que finalmente fuera su matador el que acabara a estoque con el
astado. Y para colmo de males, el que cerraba feria, un animal con buen son
pero escasas fuerzas, se partía una mano en el inicio de faena de Lama de
Góngora, acabándose lo que se daba, con el desencanto de unos, el enfado de
otros y la pérdida de formas de los más radicales.
Al final, solo cabe una reflexión. Cuando sale el toro a la plaza,
puede pasar absolutamente de todo y cuando las circunstancias concurren para
que suceda lo de esta tarde, el culpable solo es una cosa; la mala suerte. Y
dentro de esta misma reflexión, el Ayuntamiento de un pueblo que se denomina
'Villa del Toro' y como responsable directo de la organización de la Feria
junto con la empresa ¿podría haber regalado el sobrero y haber evitado que sus
gentes se marchasen con ese mal sabor de boca?... Total la ruina iba a ser la
misma...
Blanca. 3 de Feria. Media entrada
Cuatro novillos de Fuente Ymbro, correctos de presentación. Primero
de excelente juego, encastado el segundo e inutilizados durante la lidia
tercero y cuarto.
Román: oreja con petición de la segunda y ovación, y Lama de
Góngora: oreja con petición de la segunda y silencio.
Crónica y fotos: Guillermo Lorente
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