Sobre el día de tentadero pasado en la ganadería de Dª Ana Romero, hemos hablado y mostrado imágenes de como torearon el novillero David Fernández, preparándose para debutar con caballos dentro de doce días en Cehegín, así como de la maestría del matador de toros Alfonso Romero, pero un día de tentadero es mucho más.
Es ver como gracias a la Fiesta de los toros sigue existiendo un animal con una belleza inigualable, el toro de lidia dejaría de existir en el momento que desapareciese Nuestra Fiesta, pero con el arrastraría la belleza de las fincas que se dedican a su cría y mantenimiento, dejarían de existir una gran cantidad de animales que viven en plena libertad, gracias a la libertad y espacio que se le concede a este toro bravo.
Es conocer cómo se mantiene dentro de una misma especie características diferenciadoras en sus encastes y cómo el ganadero toma nota de lo bueno y menos bueno de las vacas que tienta para decidir a continuación si las deja como futuras madres o por el contrarío pasan a formar parte de esos platos tan exquisitos que sólo en España somos capaces de realizar y degustar.
Veíamos a Lucas Carrasco (actual representante del hierro) tomar notas y comentarlas con sus padres al tiempo que contestaba alguna que le realizaba su hijo, todo un lujo el ver como el conocimiento se sigue transmitiendo de generación en generación.
Fuimos testigos y confesamos que con sana envidia de como los pocos kilómetros que separan Alcalá de Gazules de Jerez de la Frontera, permitía que dos alumnos de la Escuela Taurina de Jerez se acercasen por la ganadería de Dª Ana Romero,(Mercedes San Román y Carlos Barragán), para aprender viendo y tras tentar y torear cada torero a su vaca ser invitados por el ganadero a dar unos pases, teniendo oportunidad de ponerse delante de un pitón.
Disfrutamos de la belleza del toro en el campo, de los colores y luz del campo y nos dio tiempo a ver cómo se desenvuelve cada día mejor "El Niño del Barrio", así de como le pegó a una de las becerra unos lances de buenas maneras, becerra en la que también se pusieron con la muleta el ganadero Luis Pérez y el maestro Alfonso Romero Rocamora.
Pero ante todo disfrutamos de la hospitalidad de la familia Carrasco Romero en una jornada que no olvidaremos y que algún día soñamos con poder contarla a nuestros nietos.
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