LA CASA DEL LIBRO de Cartagena, una inmensa librería donde podemos encontrar todos los libros que busquemos, se quedó pequeña para acoger la presentación del libro "TOROS EN LA CONDOMINA - 125 AÑOS DE HISTORIA" escrito por el crítico taurino Cartagenero Manuel Guillén.
Tal fue la afluencia que antes de comenzar el acto y cuando algunos aficionados aún no habían llegado la propietaria del local ya felicitaba a Guillén por la concurrencia que calificaba de "histórica" y es que no queremos nombrar a nadie para evitar que la mente nos traicione y dejarnos en el tintero algún nombre de los que asistieron. Aunque si nombrar a dos instituciones, El Club Taurino de Cartagena cuyo presiente disculpó su asistencia por estar en Sevilla y el Foro Taurino y Cultural de Cartagena y su Comarca que se presentó con casi toda su Junta Directiva (presidente al frente).
Fue un acto realmente entrañable, que comenzó con unos minutos de retraso por expreso deseo de "Rafaelillo" que por la mañana se desplazó a la provincia de Sevilla a matar dos toros y pidió unos minutos para darle tiempo a llegar y estar junto a su Amigo Manuel Guillén en este día.
El acto fue presentado por el que esto escribe, siendo mi debut en la presentación de una publicación con lo que ello supone de nervios. La intervención versó sobre ese puerto de la cadena que tanto nos separó en otros años y ahora es punto de unión entre las ciudades de Cartagena y Murcia donde mantenemos Amigos en ambas poblaciones, para posteriormente centrarme en la gran labor de investigación realizada por Manolo Guillén, tanto en la faceta de datos, como en conseguir una extraordinaria colección de carteles anunciadores de festejos en el coso de la Condomina, como una ingente cantidad de fotografías que reflejan la historia que nos narra en su libro, pero quejándome al final y antes de solicitar un fuerte aplausos (y merecido) para el autor el que no se nombre a si mismo cuando se refiere al gran número de alumnos - de diferentes Escuelas Taurinas - que han soñado en ser toreros en nuestra Plaza de Toros.
Manolo Guillén se refirió al trabajo que ha durado dos años y cómo lo ha conseguido, resaltado la gran ayuda que ha tenido de personas como el cartagenero Ginés Martínez González, Rafael Rubio (padre Rafaelillo), o de Charles que le ha mostrado y puesto a su disposición todo su archivo fotográfico. Destacó igualmente la apuesta de la Editorial Bellaterra que ha demostrado que en Cataluña si queda quién apuesta por los Toros y por la Cultura.
Indicó que, por supuesto, faltan datos en el libro pero se tiene que tener presente que de algunos de los festejos celebrados no se ha encontrado ni siquiera una pequeña reseña, los tiempos cambian y ahora cualquier tema queda reflejado en Internet por una web, un blog, un periódico digital, o por una foto que ha puesto cualquier asistente, pero eso no ha ocurrido siempre, unas crónicas indicaban un resultado artístico y otras otro y de fotografías ocurría otro tanto, aparte de la desaparición de archivos por distintas causas, incluido el producido por el deterioro del material.
Fue el Maestro Rafaelillo el que, ha pesar de la "paliza" que llevaba en su cuerpo tras el viaje de ida y vuelta a Sevilla y enfrentarse a dos toros, el que agradeció el trabajo realizado por el autor del libro, indicando igualmente la satisfacción y responsabilidad que supone para un murciano el torear en este coso que ha cumplido sus 125 años de existencia, indicando que "el miedo escénico" es mucho mayor para el cuando tiene que torear en Murcia que en otros lugares como Sevilla.
Ya en el turno de preguntas "Rafaelillo" se refirió al "toro de Murcia" indicando que en los últimos años se ha aumentado el listón y que a la plaza salen las corridas con una presentación superior a otras plazas de su misma categoría. Manolo se refirió a la Fiesta indicando que por suerte sin dejar de ser Nacional, ha traspasado todas las fronteras, siendo en la actualidad una Fiesta a la que acuden aficionados de todas las nacionalidades, refiriéndose para ello a las decenas de pasaportes diferentes que se unieron para ver en Nimes a José Tomás.
Para finalizar el acto, Manolo reitero su agradecimiento a todos los presentes y de una manera especial a Rafaelillo por haber estado presente a pesar de la "paliza" antes reseñada, así como a Antonio Mondejar que le había acompañado en el mismo y que permitió el descanso del torero mientras él se encargaba de acortar los kilómetros que le unían a La Casa del Libro de Cartagena, tras lo cual el escritor se puso a firmar un gran número de ejemplares de su libro que adquirían en la citada librería.
La verdad es que se trató de una tarde inolvidable para este Cartagenero que ama a Cartagena y quiere a Murcia y que una vez que se quedó sólo no pudo aguantar el rematar con una preciosa serie de Verónicas que sin su permiso (perdona Manolico) publicamos en exclusiva para todos Vds. como homenaje a una persona que con un sólo festejo de luces toreado es
¡TORERO!
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