Dice el refranero español eso de que "El que siembra, recoge" y Pepe Soler lleva muchos, muchos años, sembrando con ese corazón que "no le cabe en el pecho" por todos los sitios por los que pasa y todos los días de su vida.
Somos muchos los que le hemos admirado como torero y una vez retirado de los ruedos nos hemos emocionado en La Condomina cuando sonaba su pasodoble que llegó a ser "santo y seña" del público y del aficionado de Murcia, mientras no se indicó que dejase de sonar.
La etapa de vestirse de luces pasó (la de torero siempre estará) y somos muchos los murcianos que hemos tenido la gran suerte de conocerle como persona, una persona que -dejando totalmente aparte el tema profesional, del cual está en lo alto de la montaña- está siempre dispuesta a lo que se precise de él. Es esa persona que cuando te da un abrazo es de Verdad y si te tiene que decir algo, te lo dice en la cara, con todo respeto, pero en la cara. No se esconde de nada ni de nadie y al que quiere "que no se lo toquen".
Fuimos muchos los que pudimos acudir a esa cena homenaje el pasado sábado en el mesón La Torre, pero nos consta que fueron muchísimos más los que por una u otra causa se quedaron con ganas de estar junto al Maestro y Amigo.
Una velada realmente entrañable y que todos guardaremos en el corazón. Los toreros no pudieron dejar al maestro sin pasearlo a hombros, con todo merecimiento, por nuestra parte sólo podemos dejar este ramillete de fotos que realicé.
GRACIAS PEPE
FOTOS DEL HOMENAJE
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