12 ago 2019

BLANCA: CUANDO EL PADRE DEL TORERO SE CONVIERTE EN "PEDIGÜEÑO"

FRAN FERRER Y EL GALO 
SALIERON EN HOMBROS




 Ramón Soriano firmó el mejor puyazo de la tarde
Ciento ochenta personas se desplazaron a Blanca siguiendo a Fran Ferrer

     Ya criticamos el año pasado la actuación del banderillero Michel Louis André Lagravere, padre del novillero "El Galo" y miembro de su cuadrilla por sus gestos provocadores al público para que pidieran la oreja al mencionado novillero y este año no sólo ha repetido esa fea falta de respeto al público, al presidente y al propio torero "pidiendo limosna", ha sido capaz de dirigirse de manera reiterada y ostensible al propio presidente señalando con los dedos que le concediese las dos orejas. Sr. Lagravere ¿sería Vd. capáz de realizar estos gestos en Madrid, Pamplona, Valencia...? sabe muy bien que no se atrevería por la sanción que le pondrían. Entonces ¿Cual es la razón de menospreciar al palco de Blanca? 
      Dejemos ya este infortunado tema y pasemos a lo que ha sido la primera de feria en Blanca, donde se ha dado cita algo más de media plaza en los tendidos para ver el mano a mano entre Fran Ferrer y "El Galo" con astados de José Luis Pereda correctos de presentación y de juego desigual.
   Fran Ferrer se encontró en primer lugar con un novillo noble, pero falto de transmisión y tardo a la hora de seguir los engaños. El murciano aprovechó el pitón derecho del novillo donde consiguió momentos buenos a base de bajar la mano y templar la embestida. Por el izquierdo se quedaba más y no consiguió nada en sus intentos, regresando a la diestra, donde consiguió ganarse al respetable. Mató de pinchazo y estocada paseando la primera oreja de la tarde.
 
  Complicado el segundo de su lote, al que picó muy bien Ramón Soriano, cogiéndolo de largo, midiendo y levantando el palo cuando vió que estaba picado, un novillo que el de Zeneta brindó a Borja de Noé, alumno de la Escuela Taurina de Murcia  para salir con muchas ganas de estar por encima del novillo y realmente lo consiguió a base de ganas y de entrega, tema que el público supo ver premiando su actuación con una oreja.
    Pocas opciones tenía el primero del lote de André Lagravere "El Galo"  que se empeñó en banderillear cuando se veía claro que el novillo no daría opciones, dejando los palos como pudo en lugar de dejar con este tipo de astado a los banderilleros. Con la franela lo intentó por ambos pitones, jugándose algún percance tratando se sacar agua de un pozo vacío. No estuvo acertado con los aceros siendo silenciada su labor.

    Faena de llegar al público en el que cerraba plaza, un novillo que fue de menos a más, sacando el francés algunas series que calaron en los tendidos y peñas de Blanca. Mató de buena estocada solicitando el respetable la oreja y concediendo el palco las dos orejas que le abrían la puerta grande.  

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