Gran éxito de la
fiesta campera del
Club Taurino de
Torre Pacheco
Mañana brillante, en todos los sentidos.
Así se puede calificar la estupenda mañana vivida en el día de hoy en la finca
La Herencia, de Torre Pacheco.
Brilló el sol, brillaron toros y toreros
y sobre todo, la organización y gran respuesta de público al evento superando
de largo las expectativas previstas, sobrepasando las 400 personas.
Cercanos y afables se mostraron los
diestros Manuel Escribano y Román, con todos los aficionados que quisieron
fotografiarse, intercambiar impresiones y en general conocer de cerca a sus
ídolos.
Se lamentó la desgraciada baja de
Colombo, debida a la difícil situación que se vive en Venezuela y que le impidió
abandonar su país para iniciar su temporada europea.
Los matadores estoquearon dos utreros de gran juego en su conjunto.
Los matadores estoquearon dos utreros de gran juego en su conjunto.
Manuel Escribano recibió con un gran
ramillete de verónicas y dos medias a un nobilísimo “Guadalmena “que fue un
dechado de bondad, y que permitió al diestro sevillano mostrarse fácil y
poderoso con los rehiletes en la mano.
Con
la muleta dibujó tandas por ambos pitones, de gran calado y conexión con el
público, destacando sobre todo las ejecutadas con la mano izquierda.
Un pinchazo previo a una gran estocada y
el reconocimiento unánime de todo el público en pie con el diestro de Gerena.
Román,
trajo la alegría y simpatía ante un novillo de Sancho Dávila, de preciosas
hechuras, y que despertó tras el excelente puyazo de Gustavo Martos.
En
la muleta, el novillo siempre fue a más, sin cansarse de seguir los engaños que
le mostraba el diestro valenciano, destacando el toreo en redondo sobre la mano
diestra.
Un
final de faena de vértigo, con Román dominando al burel de Sancho Dávila, metido
entre los pitones, y pasándoselo por sitios inverosímiles.
Llego incluso a tirar la muleta y quedar
a escasos milímetros del novillo, en un desplante que fue la ebullición de su
faena. El estoconazo sin puntilla puso la rúbrica, al buen momento que atraviesa
Román.
La sorpresa de la mañana fue el joven
pachequero Víctor Acebo, ante un extraordinario eral de Sancho Dávila. Dibujó
varias verónicas y una media de cartel.
Brindo la faena al gran aficionado de
Roldán, Pedro Roca. Comenzó con toreros ayudados su faenas sobre la mano
diestra, dibujó grandes muletazos, con la figura desmayada y mandando en la
embestida del novillo.
Atento siempre a los consejos del maestro
Ruiz Manuel, el alumno de la escuela taurina de Almería, cuajó naturales de
lujo en varias tandas a más que fueron un delirio entre el público.
Cambios
de mano, kikirikis y pases del desdén fueron firmas de la gran calidad que
atesora el joven Víctor Acebo.
Tras
un final de faena por toreros ayudados con la rodilla genuflexa y un gran
trincherazo, rubricó con una estocada sin puntilla su labor ante sus paisanos.
Antes de comenzar la Lidia de los
novillos, la directiva del club taurino de Torre Pacheco, agradeció a los
toreros su asistencia y compromiso obsequiándoles con una medalla de la Virgen
del Pasico.
En definitiva una gran mañana de toros y
buen ambiente, donde se dieron cita aficionados de todo el campo de Cartagena y
representantes de los distintos club de la Región, culminando así la jornada de
hermandad y toreo, prologada con un suculento almuerzo compuesto por Migas,
embutidos, vinos y salazones de la tierra
fotos: Pepe Vera
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