CARLOS PACHECO, JOSÉ MORA Y PASCUAL MELLINAS TRIUNFAN
EN EL IV CICLO TAURINO
Cehegín volvió a vivir una noche taurina muy importante.
El Club Taurino de la localidad, presidido por Pedro Moreno, puso el cartel de
‘No hay billetes’ en el segundo acto del IV Ciclo Taurino Cultural. La
cuadrilla formada por Carlos Pacheco, José Mora y Pascual Mellinas, dirigida
magistralmente por el crítico y periodista Guillermo Lorente, logró atraer a
multitud de aficionados, a quienes engancharon rápidamente con sus historias y
anécdotas.
Esta charla-coloquio, que contó además con la
presencia de los matadores de toros Antonio José López ‘El Rubio’ y Antonio
Puerta, ambos entre el público, y numerosas autoridades, como el alcalde de
Cehegín, José Rafael Rocamora, comenzó con la inauguración de la exposición
‘Cabezas de toro con historia’, compuesta por un total de 16 testas tan
significativas como las de las alternativas de ‘El Rubio’, Puerta y David
Fernández, entre otras.
Tras esto, y como viene siendo tradición, se
procedió al herradero de pieles en la propia sede del club. Para ello, Carlos
Pacheco eligió el hierro de Prieto de la Cal; José Mora, el de Torrestrella; y
Pascual Mellinas optó por Cebada Gago. Por su parte, el moderador del evento,
Lorente, quemó con el hierro de Adolfo Martín, con lo que comenzó la esperada
charla. Los tres toreros dieron una lección de profesionalidad, vida y superación.
No escatimaron en plasmar aquello que hace grande al toreo, así como en
criticar lo que no funciona y sería recomendable cambiar, por el bien de la
Fiesta.
Carlos Pacheco, quien se mostró muy cómodo
durante la velada, explicó sus inicios en el mundo del toro, desvelando que “la
escuela taurina la formó mi padre. Pero él murió cuando yo tenía 15 años y
nunca me vio vestido de matador de toros. Con 16 años me fui a Barcelona, y
tuve una época de novillero muy buena. Toreé e hice faenas muy importantes en
Madrid, Sevilla, Zaragoza, Barcelona o Valencia. Hasta tal punto que ese año
Tendido Cero me otorgó el Premio a Mejor Novillero de la Temporada”.
Pacheco siguió desgranando su pasado,
admitiendo que “como matador, las cosas se complicaron un poco. Al final acabé
yendo a Perú a torear. Me quedé siete meses y toreé 25 corridas de toros, pero
nada de eso tuvo eco en España. Así que me aburrí y dejé de lado la profesión
por un tiempo. No quería saber nada de toros. De hecho, no veía toros ni por
televisión. Fue gracias a mi hermano Rafa, que también es banderillero, el que
se me metiera de nuevo el gusanillo en el cuerpo. Al final decidí vestirme de
plata, y hasta la fecha”.
Entre otras vivencias, relató al ‘respetable’
sus tardes en la Plaza de Toros de Las Ventas. Pacheco contó que llegó a estar
acartelado tres domingos seguidos, “y la tercera tarde corté una oreja a cada
uno de mis astados y abrí la Puerta Grande. Ahí ya me creí figura del toreo”,
comentó entre risas. Ahora, ejerce su labor como lidiador de forma magistral,
siendo respetado por todos. “Hubo una cosa que agradaba, y era que cuando yo
iba de cuadrilla con Robleño, él me llamaba a mí ‘maestro’, porque siguió mi
carrera”, guardándole esa deferencia aún, confesó Pacheco. Como subalterno, sólo
piensa en “enseñar las cualidades del toro al torero, hacerle las cosas fáciles
y sentirme a gusto con el capote”, expresó.
Por el estilo estuvo José Mora, actualmente en
la cuadrilla de Rafaelillo, quien contó a todos que llegó a ser novillero sin
picadores, y que como tal cortó dos orejas a un novillo en Madrid, pero que de
poco le sirvieron, ya que no tuvo ayuda alguna para seguir vestido de luces.
Mora tuvo unas palabras de agradecimiento al maestro Julián López ‘El Juli’,
quien fuera figura clave en sus inicios. También se acordó de Alfonso Romero,
con quien se vistió por primera vez de plata.
Se destacó como discreto, puro y buen
rehiletero, “ya que de novillero ponía los palos, porque en la Escuela de
Madrid nos obligaban a hacerlo, así que adquirí destreza. No obstante, por bien
que lo hagas, a veces se pasa miedo, dan ganas de tirar los palos y salir
corriendo”, refiriéndose a esos toros complicados que secan la boca al más
temerario. Y lo dice pensando en Miura, aconsejando “estar físicamente muy fuerte
y preparado, porque el día de la corrida, por la mañana, ya se nota el miedo y
la tensión en el ambiente”.
Los aficionados recibieron a Pascual Mellinas
como lo que es: un grande. Éste habló desde sus inicios toreando becerras hasta
la llamada para ir a Nimes con José Tomás. El calasparreño volvía a tierras
vecinas para ‘mojarse’ y decir, entre otras verdades, que “el mundo del toro
necesita un revulsivo, como el discutido bombo de toros y toreros. Sería mucho
más justo para todos y más atractivo para el público”.
Mellinas tuvo siempre quien le aconsejara bien
en esta profesión, como desveló en la charla. “Me dijeron que si iba a ser un
tercero, que fuera un gran tercero. De hecho, me fui los dos primeros años con
un par de rejoneadores para aprender a manejar bien el capote”, y así fue.
Dominio total adquirido, este tercero de leyenda ha formado parte de cuadrillas
tan importantes con la de ‘El Rubio’, Puerta, José Tomás, Miguel Ángel Perera y
Rafaelillo, con quien es fijo.
De la corrida de toros con José Tomás en Nimes,
confesó que le impactó su serenidad. “Es un tío amable, cercano y tranquilo.
Fue algo histórico para todos”. Ese día, el de Galapagar desorejaba su
encerrona, indultaba un toro y, como consecuencia, grababa el nombre de
Mellinas a fuego en la historia. Este tercero es consciente de lo que significa
ponerse el vestido de torear. Sabe que si levantas con la puntilla un toro, si
ese torero necesita el triunfo como el comer, esa noche se pasa muy mal.
También aseguró que “hoy día se banderillea mejor que nunca”, o “que no se
juzga a los toreros por el toro que han tenido que lidiar, sino por la faena”,
injusticias de la vida.
Entre las ganaderías con más teclas a la hora
del tercio de banderillas, él lo tiene claro: “Cuadri, Miura, Domingo Hernández
y todo el encaste Santa Coloma”. También, y como epílogo, nombró al maestro
Rafaelillo, “con quienes nos sentimos en familia. En la plaza vamos todos a
una. De hecho, hemos llegado a tal nivel de afecto o cariño que cualquiera de
nosotros se dejaría matar por un compañero, si le echa mano un toro”.
Una vez terminada la charla-coloquio, tomo la
palabra D. Manuel Durán García, Director General de Administración Local en
representación del Gobierno Regional, el cual mostro su apoyo a la tauromaquia
y pidió respeto.
Cerro el turno de palabra nuestro Alcalde de
Cehegín, D. José Rafael Rocamora, que siempre está apoyando a nuestro club y la
tauromaquia en Cehegín y pidiendo respeto a todos aquellos que aman la
tauromaquia.
La noche llegó a su fin con la entrega de tres
obras creadas por el artista plástico ceheginero Nicolás de Maya a los
protagonistas. Asimismo, el presidente del club aprovechó para emplazar a todos
los asistentes al Concierto de Pasodobles Taurinos de la Sociedad Musical de
Cehegín, en beneficio de la Asociación D’Genes (23 de febrero, 19 horas, Casa
de la Cultura de la localidad), que estará presentado por el periodista de Onda
Regional Miguel Massotti.
Información del Club Taurino de Cehegín.
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