La Feria de Otoño de Madrid terminó con la actuación en el último cartel de dos matadores de toros murcianos: Rafaelillo y Paco Ureña, los cuales mostraron el excelente momento en el que se encuentra.
Rafaelillo pechó con un muy complicado lote, el primero de la tarde además de esas complicaciones propias del hierro de Adolfo Martín, desarrolló sentido durante la lidia, ante el cual Rafaelillo se mostró muy solvente y capaz, plantando cara y colocándose perfectamente en cada momento. Comenzó su faena con mucho gusto bajando la mano y a pesar de esta manera de embestir el de Adolfo consiguió arrancarle naturales de mucha categoría. Pinchazo y estocada antes de tener que saludar una gran ovación del público.
Más complicado aún el cuarto de la tarde, un toro que no sólo no humilló en ningún momento, si no que ponía los pitones más altos que la hombrera del murciano. Rafaelillo realizó una vez más un descomunal esfuerzo, mostrando su buen oficio y su valor, jugándose el percance en cada embestida pero entendiendo perfectamente a un toro que mató de pinchazo y estocada antes de escuchar otra merecida ovación.
Paco Ureña se encontró primero con un complicado ejemplar, ante el cual se mostró firme, siempre tirando "la pata p´alante" sin concesiones al toro y mostrando su valor y ganas de realizar siempre el toreo serio. Mató de estocada tras un pinchazo en la suerte de recibir saludó la ovación del público.
Con el que cerraba plaza, Paco Ureña realizó posiblemente la mejor faena de la temporada madrileña y la mejor de el de Lorca en Las Ventas, ante un toro con clase y profundidad en sus embestidas Ureña mostró lo mucho y bien que torea, la hondura de de unos naturales que fueron mucho más que carteles de toros. Se vio el mismo tan sumamente a gusto y feliz delante del de Adolfo que incluso llegó a llorar de felicidad mientras cuajaba al toro con esa lentitud y temple. Unos naturales a pies juntos que levantaron de sus asientos al exigente público de Las Ventas, luego con el compás abierto consiguió parar el reloj en pases largos, largos, largos y al mismo tiempo llenos de torería. Pero el final, cuando las dos orejas ya se veían en sus manos no llegó la suerte con el estoque y el público le obligó a dar la vuelta al ruedo.
Paco Ureña ha demostrado en Madrid que tiene valor y arte para estar en estos carteles "toristas", pero que su toreo también se merece estar en otras composiciones de carteles, donde con otro tipo de toro puede marcar época.
En definitiva una tarde donde dos murcianos ha dado la cara y han estado a una gran altura, algo que si esto fuese un poco justo se tendría que ver recompensado en el comienzo de la temporada 2016. ¡Ojalá que sea así!
Fotos: Las_Ventas. com
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