Todo estaba correctamente pensado: una noche del mes de mayo, cuando el tiempo en Murcia es totalmente primaveral y a una hora que permite "estar libre" de los posibles compromisos de Comuniones ,que por estas fechas son habituales, un día perfecto para haber llenado el más que centenario coso de La Condomina y ver un espectáculo ecuestre de mucha categoría para poder celebrar el 125 aniversario de nuestra Plaza de Toros y del Club Taurino de Murcia.
Pero ya conocemos el dicho de que "el hombre propone y Dios dispone" y el día se presentó con nubes, toda la tarde chispeando y los ánimos de los murcianos parece ser que se enfriaron más de la cuenta. Una auténtica lástima el no poder ver la plaza llena de público disfrutando de los caballos cordobeses.
Los que asistimos, salimos realmente contentos de ver como se une el flamenco, el baile por sevillanas, la doma del caballo andaluz..., fue bonito el ver como el caballo mantenía el mismo ritmo que la andaluza que bailaba a su vera, escuchar una guitarras que llenaban el ambiente y nos trasportaban a esa Córdoba a la que nunca se ha viajado lo suficiente, y tengo que reconocer que me llamó la atención, al tiempo que me sorprendió, la calidad de los caballos en su doma vaquera, como caminaban insinuando que dirigen al toro por los campos con mucha suavidad, que rápidamente se giran para acercarse - también suavemente- al que se queda descolgado y como arranca en un instante a galope para evitar a ese otro animal que se quiere acercar con malas intenciones por su grupa, ver a los garrochistas con que destreza mueven la garrocha que en todo momento les ayuda a correr a los toros o a separarlos en un intento de pelea.
En definitiva un espectáculo acorde con los aniversarios y que tardaremos en volver a ver en nuestra Murcia.
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