Una vez más Paco Ureña "toca pelo" en Las Ventas y ha conseguido nuevamente deleitar a la exigente afición madrileña.
Ya de entrada en el primero de la tarde, Paco Ureña aprovechó su turno de quites para ofrecer unas buenas gaoneras a pies juntos que fueron muy aplaudidas desde los tendidos.
En el primero de su lote las verónicas de recibo fueron muy buenas. Brindó en los micrófonos de tv a sus compañeros que se encuentran heridos en estos momentos indicando que "vosotros dignificáis la fiesta", para comenzar su faena de muleta con unos bellos doblones por el pitón derecho, ante un toro noble pero falto de transmisión, donde el público no llegó a calar en los excelentes naturales de lorquino. Mal con el estoque, siendo silenciada su actuación.
Faena cumbre la del quinto de la tarde, un toro que se defendió y al que tenía que sujetar contínuamente Ureña en una faena de mucho poder pero de excelente arte. Una faena de mucha verdad, de manera muy especial en los naturales con la mano muy baja, barriendo el alberro, cargando la suerte para "pintar" auténticos carteles. Los pases de pecho llevando la mano a la hombrera contraria y los cierres de series rematando muy abajo fueron toda una lección de buen toreo. Intentó matar recibiendo pinchando en primer lugar para posteriormente volcándose del todo para dejar un estoconazo (y un puntazo en pierna), cortando una muy merecida oreja.
En el primero de su lote las verónicas de recibo fueron muy buenas. Brindó en los micrófonos de tv a sus compañeros que se encuentran heridos en estos momentos indicando que "vosotros dignificáis la fiesta", para comenzar su faena de muleta con unos bellos doblones por el pitón derecho, ante un toro noble pero falto de transmisión, donde el público no llegó a calar en los excelentes naturales de lorquino. Mal con el estoque, siendo silenciada su actuación.
Faena cumbre la del quinto de la tarde, un toro que se defendió y al que tenía que sujetar contínuamente Ureña en una faena de mucho poder pero de excelente arte. Una faena de mucha verdad, de manera muy especial en los naturales con la mano muy baja, barriendo el alberro, cargando la suerte para "pintar" auténticos carteles. Los pases de pecho llevando la mano a la hombrera contraria y los cierres de series rematando muy abajo fueron toda una lección de buen toreo. Intentó matar recibiendo pinchando en primer lugar para posteriormente volcándose del todo para dejar un estoconazo (y un puntazo en pierna), cortando una muy merecida oreja.
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