Le correspondió a Jorge un novillo del hierro de El Carmen, que le sirvió para seguir mostrando su avance día a día, ya que supo aprovechar el buen pitón derecho y arrancarle alguna serie de calidad por el izquierdo donde no tenía las mismas cualidades. Se mostró muy firme toda la noche y su faena consiguió calar en los tendidos, donde tras matar de media estocada el público que casi llenó el coso le solicitó las dos orejas del astado, siendo concedida solamente una por parte del palco.
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