Una doble sorpresa es lo ocurrido esta mañana en el hospital San Francisco de Asís de Madrid, donde Pablo Belando ha recibido la inesperada visita de su amigo, el matador de toros, Juan Belda, el cual ha salido con tiempo suficiente para visitar a Pablo antes de emprender el viaje a Perú donde toreará los próximos días.
La sorpresa de uno al recibir esta visita se ha unido la sorpresa del otro al ver que Pablo no estaba en la cama, ya que le han quitado la sonda que tenía en el glúteo y por tanto ha podido cambiar de posición, tal y como estaba ya deseando Belando.
Ambos toreros han podido, por un corto espacio de tiempo, hablar de las vicisitudes de los toros, lo difícil y complicado de este mundo y la ilusión de ambos por llegar a ser figuras del toreo. Y es totalmente cierto que ni las cornadas ni los despachos consiguen desanimar a ninguno de los dos toreros.
Ojalá que pronto podamos poner una fotografía de ambos entrenando como preparación a nuevos contratos.
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