ALFONSO ROMERO DIO UNA LECCIÓN DE TEMPLE Y BUEN GUSTO.
RAFAELILLO DIO UNA LECCIÓN DE CONOCIMIENTO DE LOS TOROS.
Si la misión de un Club Taurino es la de fomentar, enseñar y transmitir a los aficionados y público en general todo lo que sea tauromaquia, tenemos que "quitarnos el sombrero" ante el Club Taurino de Torre Pacheco y la jornada realizada ayer en la Plaza de Toros de la Finca La Herencia.
Según datos del propio Club, fueron cerca de quinientas personas las que colaboraron con su asistencia y entrega de alimentos no perecederos en este "I Tentadero Solidario", lo cual ya supone un éxito, que en pocas fechas se entregará a Cáritas de Torre Pacheco.
En cuanto al tentadero, tenemos que comentar otro éxito: el comportamiento del público que supo, casi en todo momento, estar muy atento a lo que acontecía en el ruedo y escuchando como Luis Miguel Parrado explicaba de una manera sensacional lo que se estaba realizando, por qué se estaba realizando, la reacción de las eralas en cada momento, si mostraban bravura o lo contrario, como reaccionaban ante el caballo o ante la muleta... En resumen "enseñando".
A Rafaelillo sólo le falló la mano a la hora de "sacar la bola" ya que eligió el peor lote de la mañana, dos eralas que mostraron complicaciones, a las cuales tapó muchos defectos con esa cabeza que sólo los privilegiados tienen delante del toro, mostró a todos los asistentes como se pueden dar tandas con temple, sin que le toque la muleta en ningún momento, a un animal que intenta colarse, como consigue sacar a los medios, y torear de verdad, a una vaca que quiere marcharse a la querencia. Fue toda una lección de conocimiento del toro bravo.
Alfonso Romero, tras varios años ya si verle dar un pase, era esperado con muchas ganas por los aficionados y no es sólo que no decepcionó, consiguió Alfonso llegar a los tendidos como en esas grandes faenas que le hemos visto. Realizó sus faenas de muleta ante las becerras con un temple realmente exagerado, parando el tiempo que cada natural largo de verdad, cogiendo a las becerras desde lejos para darles la salida alargando el brazo y rompiendo la cintura a un buen numero de metros detrás de la cadera. Alfonso Romeros nos dejó soñar por una mañana en que algún día podrá mostrarnos nuevamente la tauromaquia que encierra en su cabeza y sus muñecas.
Rafaelillo le jaleaba, saltaba de alegría y disfrutaba de ver a su amigo y compañero como estaba con las eralas, (ese corazón de verdad del maestro que ante todo sabe lo que Amistad). Parrado no se explicaba, en voz alta, como Murcia había dejado pasar este torero y los aficionados disfrutando en una mañana que pasará a la historia de Torre Pacheco.
No podemos tampoco olvidarnos en este tentadero (como ocurre en el campo) de los "tapias", esos novilleros sin caballos que al terminar de tentar los maestros el ganadero deja que puedan darle unos cuantos pases a la vaquilla. En esta ocasión en La Herencia se contó con dos de autentico lujo: José Nicolás y "Parrita Chico", que también nos ofrecieron un par de series en una de la eralas, dadas con mucho gusto.
Siguiendo con la jornada, llegó la comida, donde el buen tiempo acompañó a hablar de toros en todas las mesas y posteriormente se soltó una "mamona" para deleite de eso pequeños soñadores que indiscutiblemente están, gracias al Club Taurino de Torre Pacheco, aprendiendo lo que son los toros y sobre todo cogiendo una afición que mantendrán toda la vida.
Resumiendo: Una jornada donde se enseñó esos momentos de la tauromaquia que sólo se aprecian en el campo bravo, donde se enseñó a ver la bravura y el comportamiento de unas vacas y donde al final todos nos acordamos del maestro Paco Ureña, que estaba anunciado en un principio y de los momentos duros que está pasando para recuperarse. Ojalá que dentro de muy poco podamos disfrutar de este torero murciano por toda España.
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