“El tiempo que me quede en
esta profesión voy a defender al cien por cien mi dignidad profesional”
El matador de toros Rafael Rubio “Rafaelillo”, recién llegado de Punta
Cana de viaje de novios, pasó ayer por el Club Taurino de Murcia para analizar
su temporada 2015, en un acto incluido en sus tradicionales Martes Taurinos,
que fue conducido por el radiofonista Miguel Massotti.
Antes del análisis de la temporada propiamente dicho, y ante las
noticias que le situaban la próxima temporada apoderado por la empresa
Taurodelta, Rafael fue tajante: “Todo
sigue igual. Lionel Buisson seguirá siendo mi apoderado. De hecho ha quedado en
reunirme con él esta semana para ir planificando la temporada. Es cierto que
hubo contactos y conversaciones, pero no fueron a más”.
El del Barrio del Carmen valoró una temporada en la que ha actuado en 12
corridas de toros y tres festivales, con largos periodos de tiempo a lo largo
de ella sin un solo contrato, como por ejemplo, el mes de septiembre en el que
no vistió el traje de luces. “Ha
sido la temporada más importante de mi vida. Si la espada hubiera entrado en
momentos puntuales hubiera sido espectacular. Estamos hablando de ocho o nueve
orejas en plazas de primera que se han ido. Sin embargo, otras temporadas
toreando más y cortando más orejas no he crecido profesionalmente, ni se me ha
reconocido lo realizado en los despachos tanto como ésta”, afirmó el
murciano, aunque reconoció que se presentaba muy cuesta arriba. “Tras la putada de dejarme fuera de Fallas
después del triunfo el año anterior en la Feria de Julio con la corrida de
Cuadri, en Sevilla que era imposible entrar y Madrid a una tarde en el último
minuto con más de la mitad de las ferias cerradas, sabía que la situación se
ponía muy difícil”.
Sin embargo esa tarde en la última de San Isidro marca un punto de
inflexión en su situación profesional. “Ha sido la tarde más importante de mi vida. Por lo que ha significado,
por la situación en la que estaba personal y profesionalmente y por las
injusticias que se habían cometido conmigo. Hubo mucha entrega, madurez, garra
y momentos de dejarme ir. Me vacié y lloré de rabia y de felicidad a la vez.
Hasta que no daba la vuelta al ruedo y veía a la gente emocionada gritándome
torero, torero, no era consciente de lo que había hecho”.
Tras ese triunfo Rafaelillo toma decisiones interiores de gran
relevancia. “He decidido que los
años que me queden en activo voy a defender al cien por cien mi dignidad
profesional dentro y fuera de la plaza. Mientras tenga la capacidad de jugarme
la vida en la plaza, la tendré para defender mi dignidad. El día que levante el
pie del acelerador, será el momento de plantearse la retirada”.
En su repaso de temporada, el del Barrio del Carmen destacó su
importante triunfo en la Feria de Julio de Valencia en su mano a mano con
Manuel Escribano, tarde que en un principio fue ofrecida al murciano para matar
la corrida de Miura en solitario; el triunfo en la que afirmó ser su plaza
talismán, la francesa de Mont de Marsan; las importantes tardes de Bilbao y
Dax, y su paso por Villarobledo y Vic Fecensac. La peor tarde de la temporada
para el murciano fue en la localidad francesa de Aire Sur L’adour.
El cierre de temporada en Madrid en la Feria de Otoño y Zaragoza, fueron
el colofón necesario para una temporada tan importante. “A Madrid volvía acojonado porque después de
lo de San Isidro, era muy difícil que se repitiera algo parecido. Sin embargo,
pude cortar la oreja a mi primer toro y la sensación es que sigo manteniendo el
crédito y el respeto en Madrid”, añadiendo que: “En Zaragoza había que acabar pegando
un golpe. Hice cosas muy importantes y puse a todo el mundo de acuerdo. El
primer toro me partió una costilla y recuerdo que en la enfermería lloré de
rabia acordándome de mis hijas, de mi mujer y de lo duro e injusto que es esto
a veces, y aunque los médicos me recomendaron no salir, volví a la plaza hecho
un bicho y el público captó el mensaje en una tarde que me va a dar mucho”
La gran espina de la temporada ha sido para Rafaelillo su ausencia en
Murcia. Ya en el Festival del Cáncer entró por la vía de la sustitución. “No me pilló de sorpresa. El año anterior
siendo triunfador de la feria y habiendo indultado un toro ya me dejaron fuera.
Me llamaron para la sustitución a las diez de la noche cuando ya se veían sin
toreros. En ese momento me acordé de mi hermano Joaquín y me tiró el lado humano
dejando a un lado el profesional, y tiré para adelante con el corazón. Lo
disfruté muchísimo”. Sin embargo para la feria no hubo entendimiento a
pesar de las negociaciones que existieron. “Ángel Bernal puso mucho interés por ponerme en la feria. Estuvimos
reunidos personalmente dos veces pero con posturas muy distintas y sin posible
arreglo. Tomé una decisión que de aquí para atrás no me había atrevido a tomar
porque no quería torear en Murcia sin sentir la valoración que creía me
merecía. Lo asumí y lo llevé con tranquilidad y esperando que sea cosa de un
año”.
Rafael afirmó que Ángel Bernal le llegó a ofrecer la sustitución de
Alejandro Talavante. “Me llamó
para la segunda sustitución. La primera de Paquirri se la dio a López Simón.
Pero me ofrecía las mismas condiciones que años anteriores, y si en otras
plazas se me estaba valorando lo que estaba haciendo en el ruedo, en Murcia
también creo que lo merecía”.