SENSACIONAL BROCHE A UNA TEMPORADA DONDE RAFAELILLO HA MOSTRADO VALOR Y ARTE, TEMPLANZA Y LÍDIA Y DONDE LOS MURCIANOS NOS HEMOS QUEDADO SIN PODER DISFRUTAR DE SU TAUROMAQUIA
Una vez más el matador de toros Rafael Rubio "Rafaelillo" ha conseguido un gran triunfo a pesar de no haber salido por la puerta grande de la plaza de toros de Zaragoza, pero si ha entrado en el corazón de cuantos han presenciado el festejo de hoy en Zaragoza, tanto en el propio coso como a través de la retransmisión en televisión.
Tras Madrid y Valencia, ahora ha sido Zaragoza quién ha tenido que reconocer y que disfrutar del valor y del arte de un murciano que se entrega día a día en los ruedos. Otra plaza de toros de 1ª categoría donde Rafaelillo ha triunfado sin cortar los máximos trofeos.
Tras Madrid y Valencia, ahora ha sido Zaragoza quién ha tenido que reconocer y que disfrutar del valor y del arte de un murciano que se entrega día a día en los ruedos. Otra plaza de toros de 1ª categoría donde Rafaelillo ha triunfado sin cortar los máximos trofeos.
Y para que nadie nos diga que escribimos sólo con el corazón y con el cariño que le tenemos transcribimos los comentarios que han publicado los más importantes medios de comunicación taurina de España, no sin antes reproducir el parte médico de esta tarde:
"Fractura
costal en hemitorax izquierdo. Varetazo en muslo izquierdo. Pendiente de
diagnóstico por la imagen. Pronóstico reservado que no le impide continuar la
lidia. Hematoma en región pretibial derecho. Pendiente de diagnóstico por la
imagen. trasladado a la Clínica Quirón".
MUNDOTORO
Con lágrimas en los ojos, durante la
vuelta al ruedo apenas podía articular el llanto. Entre la épica, la gloria y
el dolor. Emociones del alma. Rafaelillo dio otro aldabonazo bajo el
lema de la verdad. Su verdad. A golpe de llamar la atención cada tarde que ha
tenido que vérselas con las ganaderías más duras, ha vuelto poner en
boca de todos el término ‘lidia’. La de embraguetarse con el capote, la de
doblarse por abajo, torear sobre las piernas en la muleta para después sacar
naturales de bandera a una prenda inteligible o lo que es lo mismo, el toreo de
toda la vida.
La tarde con la que cerró el año el
murciano fue el resumen de su temporada más cantada: el miedo, la dureza, el
sinsabor… pero también el toreo, el gusto, el temple y el reconocimiento de un
público que valora el gesto. La corrida de Adolfo, de impresionante
lámina, salió en el límite de peligrosa pero sin terminar de empujar y los
nobles, como el sexto, les faltó arrear.
Se gustó Rafaelillo, que salió de la
enfermería con una costilla flotante rota, toreando con gusto y poder a la
verónica a ‘Madroño’, largo, fino de hechuras y con gran desarrollo de pitón.
Lo que apuntó en los primeros tercios, lo desarrolló en la muleta del murciano.
Una auténtica prenda desde que se intentó doblar con él. Aún así, lo toreó
sobre las piernas para lidiarlo y cuando parecía que era imposible, le robó
muletazos estimables al natural. Indudablemente, es su momento.
Cuando estaba toreando sobre la mano
izquierda, el toro le dio una espeluznante voltereta que no resultó óbice para
que dejara media en todo lo alto. Esta vez sí, el presidente tuvo la
sensibilidad de premiar la épica del torero murciano.
Rafaelillo recibió a ‘Sevillano’
con dos largas cambiadas y una serie de delantales de mucha expresión. El de Adolfo,
cornipaso y con cuajo, fue gazapón y muy suelto en los primeros tercios. Ya en
la muleta, le dio distancia desde los medios para recetar una buena tanda sobre
la mano derecha. En la segunda, se echó la muleta a la izquierda con el toro ya
sabiendo lo que se dejaba atrás. En el pase de pecho, el toro hizo presa y lo
cogió violentamente. Volvió a la cara del toro rápidamente sin chaquetilla para
sacarle muletazos importantes de traza largo y templadísimos. Apenas fueron un
puñado que sirvieron para rendir a la plaza. Se puso muy complicado para matar.
MARCOS SANCHIDRIÁN
APLAUSOS
Abrió plaza un toro serio, cornipaso y que en el capote no se empleó y tuvo
la tendencia de reponer. Rafaelillo lo recibió con dos largas de rodillas y una
serie de delantales. La faena, en la que el torero murciano dio distancia al de
Adolfo con generosidad, tuvo buenos compases sobre la mano diestra hasta que en
un pase de pecho sobrevino la cogida en la que por fortuna salió indemne tras
tres feos derrotes. Desprovisto de la chaquetilla, regresó Rafaelillo a la cara
del toro para cuajar un par de tandas que tuvieron mucha emoción, además de
temple y largura. Pinchó en dos ocasiones antes de amarrar luna estocada corta
y saludó una ovación.
El murciano, tras pasar por la enfermería, salió a torear al cuarto con una
fractura de costilla. De rodillas recibió de nuevo a su oponente para
enjaretarle un saludo con templadas verónicas y delantales y una buena media de
remate. El de Adolfo Martín fue un auténtica alimaña. Lo lidió sobre las
piernas el murciano y fue un milagro los muletazos que le robó sobre la mano
izquierda. Milagroso fue también que no le hiriera el toro tras una fortísima y
dura voltereta de la que se libró de milagro. Tremenda la paliza. Se jugó la
vida sin trampa ni cartón. Vergüenza torera de Rafaelillo. Sinceridad y verdad
del murciano. Evidentes los signos de dolor. Dejó media estocada y el palco
premió su esfuerzo con una oreja que paseó entre las lágrimas y con el respeto
del público.
Redacción Aplausos
BURLADERO.TV
Quienes se han vestido hoy de luces en
Zaragoza recordarán la corrida de Adolfo como un horror: Lista, reservona,
peligrosa y sin entregarse, auténticas alimañas que han medido a la terna y le
han pedido el DNI, el carné de conducir y hasta el de la biblioteca. No se ha
entregado ni uno de un lote terrorífico en el que el mejor ha resultado ser el
sexto porque por el pitón izquierdo parecía no querer coger al torero.
Dicho esto, el ponerse delante de esos
bichos era toda una heroicidad en una tarde de bragueta prieta, aire
entrecortado y sudor salado.
De los tres actuantes el más placeado era
Rafaelillo que, además, está en un estado profesional de dulce y hoy en
Zaragoza se ha mostrado gigante y cabezudo en una tierra en la que de esas
cualidades algo se sabe. Al torero se le ha visto animoso y disfrutando de su
profesión en los inicios de la guerra. Y cuando se ha percatado de que el
enemigo no disparaba con balas de fogueo se ha jugado la vida como pocas veces
se ve en una plaza de toros, algo a lo que el público no está muy acostumbrado
y no lo valora lo suficiente. El murciano ha estado capaz y valiente, saliendo
cogido en sus dos toros y continuando su labor como un auténtico torero. La
duda que me queda es si la mayoría de la plaza ha valorado ese desprecio a la
cornada y ese anteponer su profesión al dolor. Por lo menos el Presidente si
que estaba en lo que celebraba y le ha concedido a Rafaelillo un trofeo que ha
arrancado a sangre y fuego, a cara o cruz...a vida o muerte
Paco Martínez
ABC
Rafaelillo salió molido de la
Misericordia, y puede dar gracias a que todo quedó en una costilla rota porque las dos
palizas que le dieron los dos adolfos que le tocaron en suerte (¿?) fueron para
que el doctor Val-Carreres se hubiera empleado a fondo, de no ser por el quite
que le hizo la Pilarica. La verdad es que el torero murciano estuvo hecho un
león, como aquel Braulio Lausín, el León de Ricla, que
emocionaba hasta el miedo a los públicos de los años veinte. Así debieron ser
las gestas de aquel Braulio, que ayer en el albero misericorde reeditó este
Rafaelillo que se fue a la guerra y que maltrecho ganó la batalla con dignidad
y valor.
Pinchó la faena al primero, que ya se
quedó corto en el capote, y de todo lo que desarrolló, nada bueno. En la muleta
se dejó sin más, avisando siempre, hasta que al final de un muletazo con la
izquierda rebañó al torero dándole un fuerte golpe en el costado.
Sin chaquetilla volvió a la cara y la espada fue su cruz.
Espléndido fue el recibimiento con el
capote al cuarto y con coraje se dobló con la muleta. Se hizo con
el Adolfo y le pudo en naturales hasta que el toro le echó mano para matarlo.
Como un guiñapo fue de pitón a pitón. La plaza le agradeció el pundonor y tras
la estocada se pidió la oreja, sin mayorías, es verdad, pero el reconocimiento
ahí quedó, mientras al torero se lo llevaban una vez concluida la corrida a la clínica
Quirón para ver si las múltiples contusiones no escondían algo mas grave.
Ángel González Abad
ENTRADA: Más de media plaza
FICHA:
Toros de Adolfo Martín, bien presentados, muy serios de pitones, deslucidos en
general, peligroso el 1º y una alimaña el 4º.
-
RAFAELILLO,
ovación con saludos y oreja.
-
RICARDO
TORRES, palmas y ovación con saludos;
-
“PAULITA”,
silencio y ovación con saludos.
ENTRADA: Más de media plaza
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