19 jun 2015

NOTA DE PRENSA PABLO BELANDO

  


 Quiero dejar bien claro desde el principio el profundo agradecimiento que siento hacia Antonio Soler Motellón, mi apoderado hasta que el miércoles por la noche decidió romper unilateralmente nuestra relación. Yo me entero de su decisión por un ‘whatsapp’, y no logro comunicarme telefónicamente con él hasta esta misma mañana del viernes 19. Es cierto que el martes por la tarde hablamos, pero en ningún momento me dijo ni me dio a entender que la relación estaba terminada. Creo que, debido a la estrecha relación que nos unía, la forma de dar por zanjado el apoderamiento no ha sido la más adecuada. Pero ni si quiera eso puede empañar el agradecimiento que siento hacia una persona que apostó por mi.

  Sin embargo, y para que no queden dudas sobre mi responsabilidad, quiero aclarar que el problema que supuestamente generé yo y al que alude Antonio en su último comunicado, supongo que es mi caída del cartel de la novillada de Sotillo de la Adrada del pasado 31 de mayo. Como saben, el 29 de marzo sufrí la rotura de los ligamentos anterior cruzado e interno y la rotura parcial del menisco de la rodilla izquierda. Desde ese día, mi objetivo ha sido eludir el quirófano a toda costa para no perder la temporada. He trabajado sin descanso para fortalecer aún más los músculos de la pierna izquierda y garantizar, en la medida de lo posible, la estabilidad de la pierna. Dos meses es un tiempo casi imposible para, después de una lesión de ese tipo, volver a torear. Los traumatólogos, osteópatas y fisioterapeutas que me están tratando me aconsejaron que no toreara tan pronto porque las consecuencias podían ser irreversibles. Y yo era consciente de que ni mi rodilla estaba aún preparada para el esfuerzo en ese momento, ni el público tenía que saber y entender que yo no estaba al cien por cien. Por eso decidí hacer caso a los médicos a pesar de la insistencia de Antonio Soler de la necesidad de reaparecer.

            Yo entiendo que su prisa obedecía a la voluntad de perder el menor tiempo posible y aprovechar la inercia positiva por lo bien que me estaba encontrando y los triunfos seguidos a principios de temporada. Y lamento profundamente los perjuicios que haya podido sufrir por mi ausencia en Sotillo de la Adrada. Pero fue la decisión que tomé apoyado en la opinión médica y sin saber positivamente cómo iba a responder la rodilla puesto que, después de la lesión, no había podido ni torear una vaca en el campo. Ahora sí. Ha pasado casi un mes desde entonces, he podido ir al campo y ya sí estoy para torear.

            Reitero mi agradecimiento hacia la persona de Antonio Soler y le deseo la mayor de las suertes en el futuro inmediato tanto en el ámbito profesional como en el personal.

Sin otro particular, reciba un saludo afectuoso.


Pablo Belando.      

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