Dámaso
González: “La muleta tiene que ser como una cortina movida por la brisa”
Las primeras palabras de Dámaso González antes de que
comenzara la tertulia fueron de agradecimiento. El maestro de Albacete subrayó
la despedida que le brindó el público murciano en la que fue su última
comparecencia en La Condomina y recordó aquella corrida de Pablo Romero lidiada
en los 70 en la plaza murciana, en la que toreó bajo un formidable aguacero.
“Disfruté mucho toreando. Me acuerdo de que los
aficionados se subían a las zonas altas de la plaza para poder ver algo, porque
no se veía ni al toro ni al torero del agua que caía. El agua me llegaba a los
tobillos”, comentó.
Junto a González, el periodista taurino José Francisco
Bayona, que guió una tertulia que comenzó hablando de la condición de ganadero
del protagonista de la noche. “En las ganaderías hay que buscar el toro porque
el aficionado necesita un animal con fiereza porque si no, no valora lo que
hace el torero”, dijo el torero de Albacete, que afirmó buscar “un toro bravo
con el que el torero pueda disfrutar”.
Sobre
las corridas calificadas de “duras” se mostró escéptico porque “hay que
corridas que las llaman así pero no tienen lidia”, al tiempo que reivindicó
otras ganaderías que dan juego porque, en su opinión, “todos los toros tienen
algo y un toro bravo, aunque al principio se comporte de una manera, puede
cambiar si el torero sabe llevarlo”.
Dámaso
González rememoró ante el numeroso público congregado en el Club Taurino sus
inicios en el toreo, cuando tenía que caminar 20 kilómetros siendo un niño para
poder torear en los pueblos cercanos. “Pero era tal la ilusión que eso lo
compensaba todo. Me fijaba en todo, aprendía y me iba contento, lo hubiera
hecho bien o mal, porque el público aplaudía a un chaval de 13 años. Esos
fueron los años más felices de mi vida, cuando tenía la ilusión de torear.
Luego, ya de matador de toros tienes más responsabilidad”.
“El toro pide que se le toree despacito”
“Si yo he sido torero es porque he disfrutado mucho”,
afirmó Dámaso González, quien criticó a los toreros “que desprecian un pase
cuando el toro pide que se le toree despacito”.
Siguió avanzando además en su explicación del concepto de
toreo. “Todos los toreros tienen una debilidad y hay que saber corregirla. A mí
me parece que lo más importante es el temple. Si un torero liga despacito cuatro
o cinco muletazos, es normal que el público se ponga en pie. La muleta tiene
que ser como una cortina movida por la brisa. El torero tiene que citar al toro
y llevarlo lo más largo posible”, apuntó.
Para el maestro González, un solo muletazo de calidad
vale más que un premio. “Una tarde en Sevilla corté tres orejas y el presidente
me negó la Puerta del Príncipe. No lo tomé a mal porque mi felicidad fue siempre
dar un muletazo bueno, esa ha sido mi ilusión como torero”, dijo.
Fue
un mensaje que caló entre los jóvenes alumnos de la Escuela de Tauromaquia de
la Región de Murcia, quienes llenaron las primeras filas del salón, sin perder
detalle, junto al profesor de la escuela José Mª Ortín. Dámaso estuvo
departiendo y haciéndose fotos al final del acto para regocijo de los chavales.
El
maestro quiso destacar la labor que realizan las Escuelas de Tauromaquia, “ya
que en Albacete y en Murcia es más difícil que un chaval pueda tentar en el
campo, pero afortunadamente las escuelas están ahora muy organizadas y ayudan a
los chicos no solo a torear sino a recibir una educación”, concluyó.
El maestro albaceteño salpicó de recuerdos la charla. Recordó
una tarde en Logroño con Paquirri y Capea. Estaba iniciando la lidia del quinto
de la tarde, que le correspondía a él mismo, y en el trasteo inicial no ocultó
su desagrado ante el comportamiento del toro, del que pretendía desentenderse.
Pero hubo un comentario en el tendido que le espoleó: “Yo no quiero que un toro
mate a un torero, pero si no arriesgas nada, qué hacemos tú y yo aquí”. En ese
momento, el torero pensó que esas palabras del respetable eran bien ciertas y
terminó cortando tres orejas.
En general, todos quienes se apuntaron a este Lunes
Taurino recibieron una palabra, un saludo, un autógrafo o una foto con el diestro, que se desplazó
expresamente desde Albacete para este encuentro con los aficionados murcianos.