Rafaelillo, Ferrera y
Luque, tres jóvenes maestros y buenos amigos
Lleno hasta la bandera
para arropar la presencia de los tres toreros, que compusieron un Martes
Taurino para recordar
La amistad de Rafaelillo con Antonio Ferrera y Daniel Luque hizo posible
reunir en una noche extraordinaria y especial a tres matadores de primer nivel
en un abarrotado Museo Taurino, que colocó el cartel de “No hay billetes” para
arropar a tan extraordinaria terna.
Los tres venían de Yecla, donde habián pasado el día tentando, y
quisieron cerrar su jornada con un cálido encuentro con la afición, que
respondió, y de qué manera, al extraordinario reclamo de convivir durante un
rato con tres matadores de primer nivel. La emoción de la noche quedó
demostrada en la ovación con que se recibió a los toreros.
Con el periodista taurino José Francisco Bayona como conductor de
esta singular tertulia, Rafaelillo y Ferrera recordaron el día en que, siendo
ambos novilleros de referencia en el escalafón, coincidieron a mediados de los
90 en varias plazas. En Nimes, donde compartían tarde "nos cruzamos y no nos saludamos. A pesar de lo jóvenes que éramos ya nos mirábamos con
mucha competitividad”, contó el torero del Barrio de El Carmen, que también
rememoró otra tarde en septiembre del 94 en que Ferrera logró más triunfos que
él y le buscó con la mirada mientras paseaba los trofeos. "A mí me caían
los lagrimones y el otro mirándome con esa media sonrisa…”, comentó entre risas.
Ambos son grandes amigos.
Ferrera ha toreado una única vez en Murcia, en 2004. Su origen como
torero no tiene antecedentes, si bien su padre era aficionado. A pesar de ser
extremeño de nacimiento, vivió en Ibiza. "En una isla tan reducida te
encontrabas con aficionados de verdad que tenían que coger un avión para ver
toros. Esto hacía que me ilusionara más como torero y para mí era digno de
reconocimiento”, afirmó.
Rafael Rubio, como sabe bien quien sigue el mundo del toro, es un torero precoz.
El “veneno” del toreo se lo inoculó su padre, “al que veía coger la chaqueta
para salir de casa y ya sabía que iba a los toros. A mí me gustaba irme con él,
pero a veces me decía que no, que me tenía que quedar. Yo, que tenía ya mucho
espíritu rebelde, me agarraba unos berrinches tremendos y me quedaba berreando
y dando golpes en la pared. Hasta venían las vecinas a ver qué pasaba”, dijo el
maestro murciano.
También había vivido desde chico el ambiente taurino el sevillano de
Gerena Daniel Luque. “Mi padre había acompañado a los hermanos Campuzano, José
Antonio y Tomás, incluso a Manuel Díaz El Cordobés, pero a mí me gustaban el
fútbol y un millón de cosas, menos torear. Pero poco a poco fui entrando en
este mundo”, comentó.
“Hay que
transmitir a los niños lo que significa ser torero”
Para Luque, “es importante aprender el oficio desde joven. Aunque
siempre se ha dicho que los niños que empiezan pronto terminan sabiendo
triquiñuelas, hay que recordar que todos lo que están arriba han sido toreros desde
chicos”. En este mismo sentido, Ferrera apuntó que estar ligado desde niño a la
Fiesta “ayuda a tener una filosofía de vida y contribuye al desarrollo de la
persona. Tiene que ir de la mano la formación como persona y la técnica y la
preparación como torero”. Para el matador extremeño, “hay que enseñar al niño
lo que es esta profesión, hay que transmitirle la importancia y la seriedad de
lo que es ser torero. Así se evitan frustraciones y al mundo del toro llegan
jóvenes formados y capaces de asumir lo que significa ser torero”.
Y fue Rafaelillo
quien remató la reflexión: “Nuestra profesión exige vivir y madurar a una edad
difícil. Crecemos en un ambiente de disciplina y de renuncia porque la
profesión lo exige”.
El contacto entre torero y aficionados también centró parte de la
charla. Preguntados si les gusta tratar con la gente en la plaza, hubo divisón
de opiniones. Según Luque, el torero “quiere agradar al aficionado pero a veces
en la plaza estás pensando solo en que te vas a jugar la vida”. El torero de
Gerena no ve mal la “fórmula murciana” de aprovechar la merienda para atender
en el callejón a cuantos se acercan a saludar o a hacerse una foto, “porque ya
has matado un toro y has conectado”. “Desde luego”, siguió, “lo prefiero a
hablar al principio, porque no atiendes a quien te habla. Yo estoy en mi mundo,
en mi miedo, que es lo que sientes antes de pisar la arena”.
En cambio, Antonio Ferrera cree que es mejor que ese contacto se
produzca después de la corrida. “Es cuestión de acordarlo con los toreros y
organizar todo un poco. Después de la corrida se puede atender a los medios de
comunicación y compartir con los aficionados y así se evitan situaciones y que
no atiendas como puedes y debes”.
Los tres coincidieron en destacar que sí hay un momento importante y
que les gusta, y es cuando hacen el “paseíllo” desde la furgoneta a la plaza.
“Te tocan, te animan y te empujan a la plaza”, destacó Luque.
Ferrera: “Al acabar la corrida de Miura tuve más ganas de vivir”
La parte final de la tertulia sirvió para ensalzar la figura de
Rafaelillo. Ferrera mató una corrida de Miura en 1998 y ha sido quince años
después, en 2013, cuando ha repetido con esta ganadería, en un mano a mano con
Javier Castaño. Resumió la experiencia con un expresivo “cuando terminé la
corrida me dieron más ganas de vivir”r. Por eso quiso elogiar las tardes del
torero murciano frente a los morlacos del famoso encaste y de otros
considerados duros, ya que "ver que Rafaelillo se ha enfrentado a esas y
además ha ido creciendo y enriqueciendo su toreo y su alma nos ayuda también a
nosotros”. “Con las cosas que él hace nosotros también podemos seguir soñando
con hacer cosas que no pensábamos que íbamos a hacer”, afirmó Ferrera
despertando una sonora ovación de los asistentes.
También Luque tuvo palabras de reconocimiento hacia su compañero y
amigo. “Yo no he matado corridas de Miura, pero sí un par de Victorinos y esas
tardes cuestan. Valoro mucho que toreros como Rafa maten ese tipo de corridas
porque ya cuesta que un toro embista y en esos casos más porque son distintos.
Estás ante toros grandes y encima eres capaz de sacar el sentimiento”.
Los aficionados despidieron a los toreros con la misma entrega con
que les recibieron. Incluso hubo quien se atrevió a configurar un cartel con
los tres en la próxima Feria de Abril de Sevilla. Será en la capital hispalense
o en otras plazas importantes de España y del mundo taurino, pero está claro
que los tres están llamados a seguir acumulando triunfos.
El de hoy en el Club Taurino de Murcia fue rotundo.
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