29 ene 2014

EL CLUB TAURINO DE MURCIA NOS INFORMA

Rafaelillo, Ferrera y Luque, tres jóvenes maestros y buenos amigos

Lleno hasta la bandera para arropar la presencia de los tres toreros, que compusieron un Martes Taurino para recordar




La amistad de Rafaelillo con Antonio Ferrera y Daniel Luque hizo posible reunir en una noche extraordinaria y especial a tres matadores de primer nivel en un abarrotado Museo Taurino, que colocó el cartel de “No hay billetes” para arropar a tan extraordinaria terna.
 Los tres venían de Yecla, donde habián pasado el día tentando, y quisieron cerrar su jornada con un cálido encuentro con la afición, que respondió, y de qué manera, al extraordinario reclamo de convivir durante un rato con tres matadores de primer nivel. La emoción de la noche quedó demostrada en la ovación con que se recibió a los toreros.
 Con el periodista taurino José Francisco Bayona como conductor de esta singular tertulia, Rafaelillo y Ferrera recordaron el día en que, siendo ambos novilleros de referencia en el escalafón, coincidieron a mediados de los 90 en varias plazas. En Nimes, donde compartían tarde "nos cruzamos  y no nos saludamos. A pesar de lo jóvenes que éramos ya nos mirábamos con mucha competitividad”, contó el torero del Barrio de El Carmen, que también rememoró otra tarde en septiembre del 94 en que Ferrera logró más triunfos que él y le buscó con la mirada mientras paseaba los trofeos. "A mí me caían los lagrimones y el otro mirándome con esa media sonrisa…”, comentó entre risas. Ambos son grandes amigos.  
 Ferrera ha toreado una única vez en Murcia, en 2004. Su origen como torero no tiene antecedentes, si bien su padre era aficionado. A pesar de ser extremeño de nacimiento, vivió en Ibiza. "En una isla tan reducida te encontrabas con aficionados de verdad que tenían que coger un avión para ver toros. Esto hacía que me ilusionara más como torero y para mí era digno de reconocimiento”, afirmó.
            Rafael Rubio, como sabe bien quien sigue el mundo del toro, es un torero precoz. El “veneno” del toreo se lo inoculó su padre, “al que veía coger la chaqueta para salir de casa y ya sabía que iba a los toros. A mí me gustaba irme con él, pero a veces me decía que no, que me tenía que quedar. Yo, que tenía ya mucho espíritu rebelde, me agarraba unos berrinches tremendos y me quedaba berreando y dando golpes en la pared. Hasta venían las vecinas a ver qué pasaba”, dijo el maestro murciano.
 También había vivido desde chico el ambiente taurino el sevillano de Gerena Daniel Luque. “Mi padre había acompañado a los hermanos Campuzano, José Antonio y Tomás, incluso a Manuel Díaz El Cordobés, pero a mí me gustaban el fútbol y un millón de cosas, menos torear. Pero poco a poco fui entrando en este mundo”, comentó.
 “Hay que transmitir a los niños lo que significa ser torero”
 Para Luque, “es importante aprender el oficio desde joven. Aunque siempre se ha dicho que los niños que empiezan pronto terminan sabiendo triquiñuelas, hay que recordar que todos lo que están arriba han sido toreros desde chicos”. En este mismo sentido, Ferrera apuntó que estar ligado desde niño a la Fiesta “ayuda a tener una filosofía de vida y contribuye al desarrollo de la persona. Tiene que ir de la mano la formación como persona y la técnica y la preparación como torero”. Para el matador extremeño, “hay que enseñar al niño lo que es esta profesión, hay que transmitirle la importancia y la seriedad de lo que es ser torero. Así se evitan frustraciones y al mundo del toro llegan jóvenes formados y capaces de asumir lo que significa ser torero”.
 Y fue Rafaelillo quien remató la reflexión: “Nuestra profesión exige vivir y madurar a una edad difícil. Crecemos en un ambiente de disciplina y de renuncia porque la profesión lo exige”.
 El contacto entre torero y aficionados también centró parte de la charla. Preguntados si les gusta tratar con la gente en la plaza, hubo divisón de opiniones. Según Luque, el torero “quiere agradar al aficionado pero a veces en la plaza estás pensando solo en que te vas a jugar la vida”. El torero de Gerena no ve mal la “fórmula murciana” de aprovechar la merienda para atender en el callejón a cuantos se acercan a saludar o a hacerse una foto, “porque ya has matado un toro y has conectado”. “Desde luego”, siguió, “lo prefiero a hablar al principio, porque no atiendes a quien te habla. Yo estoy en mi mundo, en mi miedo, que es lo que sientes antes de pisar la arena”.
 En cambio, Antonio Ferrera cree que es mejor que ese contacto se produzca después de la corrida. “Es cuestión de acordarlo con los toreros y organizar todo un poco. Después de la corrida se puede atender a los medios de comunicación y compartir con los aficionados y así se evitan situaciones y que no atiendas como puedes y debes”.
 Los tres coincidieron en destacar que sí hay un momento importante y que les gusta, y es cuando hacen el “paseíllo” desde la furgoneta a la plaza. “Te tocan, te animan y te empujan a la plaza”, destacó Luque.
 Ferrera: “Al acabar la corrida de Miura tuve más ganas de vivir”
 La parte final de la tertulia sirvió para ensalzar la figura de Rafaelillo. Ferrera mató una corrida de Miura en 1998 y ha sido quince años después, en 2013, cuando ha repetido con esta ganadería, en un mano a mano con Javier Castaño. Resumió la experiencia con un expresivo “cuando terminé la corrida me dieron más ganas de vivir”r. Por eso quiso elogiar las tardes del torero murciano frente a los morlacos del famoso encaste y de otros considerados duros, ya que "ver que Rafaelillo se ha enfrentado a esas y además ha ido creciendo y enriqueciendo su toreo y su alma nos ayuda también a nosotros”. “Con las cosas que él hace nosotros también podemos seguir soñando con hacer cosas que no pensábamos que íbamos a hacer”, afirmó Ferrera despertando una sonora ovación de los asistentes.
 También Luque tuvo palabras de reconocimiento hacia su compañero y amigo. “Yo no he matado corridas de Miura, pero sí un par de Victorinos y esas tardes cuestan. Valoro mucho que toreros como Rafa maten ese tipo de corridas porque ya cuesta que un toro embista y en esos casos más porque son distintos. Estás ante toros grandes y encima eres capaz de sacar el sentimiento”.
 Los aficionados despidieron a los toreros con la misma entrega con que les recibieron. Incluso hubo quien se atrevió a configurar un cartel con los tres en la próxima Feria de Abril de Sevilla. Será en la capital hispalense o en otras plazas importantes de España y del mundo taurino, pero está claro que los tres están llamados a seguir acumulando triunfos.
 El de hoy en el Club Taurino de Murcia fue rotundo. 





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