28 ago 2013

PARA CARNE: SI, PARA TOREAR: NO


Día 27 Agosto
CIEZA
Toros de Los Chospes, con peligro, sin casta y sin humillar
- RAFAELILLO.- Oreja y oreja
- FERRERA.- Saludos y saludos 
- SILVETI.- Saludos y oreja
Entrada.- menos de media plaza


         Los tres toreros se ganaron sobradamente el respeto de cuantos estábamos en la Plaza de Toros de La Deseada, ya que ponerse con sólo una muleta delante de estas "alimañas" está al alcance de muy pocos y de menos aún los que intentan sacar lo que no tenían los toros, y eso precisamente es lo que realizaron los tres en Cieza.

      Abría plaza Rafael Rubio "Rafaelillo", que se encontró en primer lugar con un toro complicado y que protestaba cada vez que pasaba por la muleta sin humillar y buscando la hombrera del murciano y un segundo que le buscaba el pecho con una agresividad tal que en los tendidos se masticaba la cornada. Pero el maestro se mostró como tal y en una tarde que esperábamos ver como es capaz el del Barrio del Carmen de bajar la mano y de torear gustándose, nos encontramos con el torero que a base de aguantar y de doblegar toros de esta calaña se ha ganado el respeto de todos los aficionados de España y Francia. Auténtica faena de "Jabato" la del cuarto del festejo. Consiguió una muy merecida oreja en cada uno de su lote, orejas de peso y del reconocimiento sincero de un público que se ganó a base de honradez.

     Antonio Ferrera consiguió una ovación del segundo de la tarde a base pelea, de conseguir engañar a su oponente donde parecía imposible e incluso hacerle repetir en alguna ocasión a base de un titánico esfuerzo, ante un toro sin casta de ninguna clase. El segundo de su lote sin transmisión ninguna y muy soso impidió al extremeño realizar algo interesante, ya que el animal no ayudó en nada, intentando el arrimón al final de la faena, pero que tampoco llegó a calar en los tendidos. Se ció obligado a salir al centro del anillo a saludar una gran ovación del respetable ganada con toda justicia.

      Cerraba cartel el mejicano Diego Silveti el cual se encontró con el "menos malo" del encierro, un toro que "pasaba" pero que no transmitía nada, con el que, al igual que al tercero de la tarde, lo intentó por ambos pitones, de una manera y de la otra, pero cuando el pozo no tiene agua es imposible poder beber y esto es lo que le ocurrió al de Méjico que terminó la tarde paseando una merecida oreja.

INFORMACIÓN GRÁFICA

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