El pasado domingo un grupo de amigos prepararon una fiesta campera en la finca de Flores en Purias para que Pablo Belando torease un par de vaquillas que habían comprado para la ocasión y el novillero de Murcia cumplió - una vez más - con "compromiso", ya que me tenía dicho que a la más mínima oportunidad me llamaría para pasar una jornada juntos y con alguna vaca como excusa.
Tengo que confesar públicamente que lo pasé sensacional, con un buen ambiente entre todos los asistentes, ese arroz con pava que tan rico sale en todo el término de Lorca y poder hablar con Pablo de sus ilusiones, sus ganas de vestir de luces y del "mundo del toro", además con ese espíritu que le caracteriza de quedarse siempre con lo bueno, intentando olvidar los "palos" que este mismo mundo le ha dado y por supuesto sin perder la esperanza de verse más pronto que tarde en todos los carteles importantes.
Pablo "se las vio" con dos vacas de condiciones muy diferentes, la primera buena pero falta de fuerza a la que toreó dándole su altura y su tiempo con mucho gusto y una segunda que presentó sus dificultades, a la cual supo someter desde el primer momento para seguir con una faena realizada con los pies bien asentados y mandando, cierto es que me gustó en las dos facetas y desde luego, como él mismo dice, está preparado para el momento que suene su teléfono estar dispuesto a dar la cara. Decía Belando que la prueba de que siempre tienes que estar preparado por si llega esa llamada la teníamos en Manuel Escribano con su triunfo en Sevilla. Toda una inyección de moral.
Por la tarde, tras el mencionado arroz, Pablo Belando se encargó de dirigir la fiesta con una becerra más chica que estaba reservada para los asistentes, pero esas fotos las pondremos mañana, de momento les dejamos con unas cuantas instantáneas de lo visto por la mañana.
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