28 sept 2012

PERERA SOBRESALIENTE EN ABARÁN



Día 27 septiembre
Abarán
Casi lleno en los tendidos
Toros de Salvador Domecq bien presentados, dieron buen juego y resultaron muy buenos los dos últimos.
- El Cid.- Oreja y oreja
- El Fandi.- Oreja y oreja
- Perera.- Oreja y oreja

         Abría plaza El Cid que demostró, una vez más, su clase y buena interpretación del toreo, con el primero comenzó muy bien con el capote y con la muleta se mostró firme dando algunos pases de gran calidad, aunque para mí no llegó a la altura del buen ejemplar que tenía delante. Con el segundo mostró otra cara el sevillano, toreando con mucho gusto y templando las embestidas en todo momento, se mostró también variado y cortó merecidamente una oreja de este cuarto de la tarde del mismo modo que el que abrió plaza.
       Indiscutiblemente El Fandi tiene su público y toreó para ellos, pero en Abarán sólo pudimos verle bien con el capote ya que lanceó con mucho gusto y temple a sus dos oponentes, pero en el tercio de banderillas le vimos fuera de si mismo, poniendo los pares a toro pasado y sin arriesgar, muy lejos de lo que a él mismo le gusta, en el segundo de la tarde se mostró soso y sin justificar el puesto que ocupa en el escalafón, cortando una oreja muy justita. El quinto de la tarde humillaba, se arrancaba al primer toque y pedía a gritos que el torero se estirase con él, pero El Fandi no arriesgó en ningún momento, dejo una distancia entre él y el toro descomunal y no llegó a entenderlo, pinchó cinco veces antes de la estocada y el palco, sin petición mayoritaria le regaló la oreja que necesitaba para salir por la puerta grande.
     Capítulo aparte merece Miguel Ángel Perera, que demostró sobradamente por qué es un figurón del toreo, se mostró en Abarán como si estuviese toreando en la feria de abril de Sevilla, siguiendo lo que decía Manolete, "el público paga también aquí y tengo la misma obligación de torear que en otras plazas" y ciertamente el extremeño cumplió este dicho al pie de la letra, cortó una oreja en cada toro, pero se mereció mucho más, lastima que no acertase a la primera en el que cerraba plaza, para pasear el rabo que se mereció. Lanceó con una lentitud envidiable, sobre todo al sexto, le dio a cada toro la faena que pedían,  convirtió en bueno un tercero de la tarde que podría haber pasado totalmente inadvertido y con el buen sexto se mostró "Torero" toreando en un palmo de terreno, dando series sin despegar los pies del albero  y obligando al toro por ambos pitones, se mostró variado desde el principio de la faena - que comenzó con un pase cambiado por la espalda, ofreció naturales largos como un tren,con la derecha muletazos igualmente largos, pero en ambos casos lentos y templados, bajando la mano con gusto. Al final nos quedará en nuestra mente por muchos años las dos faenas de este torero que pasó por Abarán toreando como en la Maestranza.
    Al final los tres espadas salieron a hombros por la puerta grande.

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