28 mar 2012

EL GRAN PODER


     En la tarde de hoy, miércoles, se realiza en Murcia, el traslado, desde el Convento de las Capuchinas a la Iglesia de San Nicolás, de la imagen del Cristo del Gran Poder.

     Esta Imagen es portada a hombros por los toreros, periodistas, empresarios taurinos, apoderados y personas del mundo del toro en la noche del Viernes de Dolores por las calles de la capital del Segura. Como nos hemos identificado con el Editorial del diario digital "El Muletazo" y contando con la autorización de su autor nos permitimos reproducir el siguiente texto de Antonio González Barnés. 

UN CRISTO QUE ES FIGURA DE LOS TOREROS
“Escarcha de mañana; clavel moreno. No hay en el mundo quien te quiera, como yo te quiero”. Entramos en su semana, aquella en la que hace tres veces el paseíllo, como las indiscutibles figuras. Tres tardes-noches en donde desde su trono del toreo nos mira con compasión, como queriéndonos decir con los ojos lo que es capaz de hacer por nosotros sin necesidad de utilizar  el capote o la muleta.
Los clarines y timbales suenan de manera diferente cuando le toca lidiar el próximo miércoles, el Viernes de Dolores y el Domingo de Resurreción. Viste de rosa y oro, con golpes de sangre en sus alamares que le llegan desde las sienes. Despacio, muy despacio porque el toreo es así , sale de su burladero capuchino y descalzo pisa el dorado albero de esta murciana, nazarena y procesionista ciudad.
Silencio. Total y absoluto silencio, roto por un clamor a modo  de oración cuando se pasa por la cintura el toro de nuestras vidas. Bajando las manos, metiendo los riñones… su cruz no le pesa, y remata con una serpentina que sube hasta los parajes del infinito en donde es Rey de Reyes. En el toreo y en mundo, no hay más número “1” que él.
Quite por chicuelinas para que ángeles banderilleros coloquen sobre este negro toro de nuestros pecados arponcillos de perdón vestidos de papelillos morados.
Montera, muleta y ayuda en mano pide permiso a su Padre Eterno, y se va a los medios. “Mi vida va por vosotros”, parece decir… y allí inamovible nos regala su maestría, su sentimiento, su eterno amor, su autentica verdad… sin enmendarse, si dar el pasito atrás, enlazando perdón con redención, amparo con caridad, esperanza con salud, refugio con rescate… ¡ole los nazarenos buenos!
Y la plaza que no deja de ser una prolongación de la calle, es un clamor. Y cuando llega la hora de la verdad, lo ves de frente, abrirte los brazos, apuntar a tu corazón e irse como un tren en tu busca.
Un montón de aficionados, profesionales del toro, murcianos…. vestidos de azul cielo se lanzan al ruedo y lo suben a sus hombros, no para salir por la puerta grande, sino para pasearlo por Murcia, para mostrar quien es el maestro de los maestros, entre aromas a azahar y claveles, rosas y alelíes, gladiolos y orquídeas…y se escucha una saeta, y se le vitorea…
Y empezaremos besando sus pies, meciéndolo el miércoles, llevándolo mostrando su dolor el Viernes y volviéndolo a traer a su casa el Domingo mientras de fondo suenan las notas del pasodoble.
Y aquí, en esta clausura permanecerá hasta el año que viene, mientras su imagen permanecerá también todo el año en la enfermería de nuestra plaza, en el primero de sus quirófanos, porque mientras muchos se juegan la vida en el ruedo el no quiere verlos allí, pero que al menos estos sepan que está. Esta es la semana del “Cristo de los Toreros”. Señor haz con ellos todas las tardes el paseíllo y líbralos del mal. Amén.

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