Da pena ver lo ocurrido esta tarde en el coso de La Deseada, unos toros chicos de presentación y flojos, donde uno de ellos tiene que ser apuntillado en el ruedo y el otro dice que tiene problemas de visión, aunque, según mi punto de vista, el final podría haber sido el mismo que el de su hermano anterior.
A Sergio Galán le gusta que sus auxiliares toreen a sus toros a placer, al primero le han quitado las escasas fuerzas que tenía y al segundo podría haberle sacado mucho más de no ser por la insistencia de algún subalterno de darle hasta siete capotazos para dejarlo en el mismo sitio que estaba antes de darle el primero. Gracias a este tema y a los dos rejones de castigo que le ha puesto el toro ha optado por acostarse, se ha conseguido, con grandes dificultades ponerle una banderilla pero ya ha sido imposible nada más y se ha tenido que apuntillar en el ruedo. Con su segundo ha estado variado clavando con precisión y luciéndose, pero matando de un rejón traserísimo, pero como el poco público de hoy en Cieza estaba de buen humor, le ha solicitado inexplicablemente las dos orejas que, más inexplicable aún, ha concedido la presidencia.
Salvador Cortés, en el segundo bis de la tarde, un toro de Torreandilla, que ha sido el mejor presentado de la tarde, se ha mostrado firme y ha llegado pronto a los tendidos con el capote, con la muleta ha dado algún que otro natural bueno, pero la mayoría de ellos dejando un espacio tremendo entre el toro y él, pero consiguiendo llegar a ese público que comentaba antes, mató de estocada tendida, tardando en caer el toro y se le concedió generosamente la oreja. En su segundo no se le vio con la misma actitud que en el anterior y con las dificultades que mostró el toro, opto por una faena de trámite escuchando palmas.
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