22 feb 2010

Lleno en la Capilla de la Condomina

En la mañana del 21 de Febrero, respirando "solidaridad" por los cuatro costados en la Plaza de Toros de Murcia y los toros del festejo a favor de la Asociación Española contra el Cáncer ya enchiquerados para el festejo de la tarde, se produjo el primer lleno hasta la bandera de la temporada.
Ya no entraba ni una sola persona dentro de la Capilla del centenario (que no viejo) coso taurino de Murcia y aún llegaban personas, las puertas abiertas de par en par y el pasillo lleno, como si esperasen la llegada de una de esas grandes figuras que continuamente pasan por nuestra plaza los días de festejo, sin embargo el silencio y el respeto se respiraba en el aire.
La Capilla lucía como nueva, y en ella, como siempre, presidiendo, la Virgen de la Fuensanta, a su derecha la del Rocío, que no se puede olvidar la devoción que le tienen la mayor parte de los toreros, pero por vez primera lucia un precioso pergamino, con una maravillosa oración escrita "en torero" por el Capellán de la plaza, D. Pedro Lozano, titulada "El hombre ante el ruedo de la vida", el cual repartió diversos escritos para conseguir que esta primera vez fuese una plegaria de todos y para todos.
En la pared de enfrente, un precioso mosaico realizado por Lario en su taller de Lorca, contenía, en este caso, una poesía, que al igual que la anterior se trata de otra Oración, titulada "La Oración del Torero" escrita por el Dr. Luis Carlos Torres, el cual sin prisas, como los buenos toreros, la recitó delante de todos, para seguidamente agradecer a todos su presencia en este bello acto, así como a todos los que de una manera u otra han conseguido que esa oración figure en la capilla de la primera plaza de Nuestra Región.
Entre la lectura de una y otra, fue el citado sacerdote el que bendijo ambas y dio gracias por la protección que siempre "desde lo más Alto" se da a cuantos pisan un ruedo.
Un acto, donde realmente, no faltó prácticamente nadie, vimos a amigos del sacerdote, del médico, compañeros de profesión del Dr., a los propietarios de la Plaza, personal de ésta, representantes de todos los medios de comunicación, al gerente de la Fundación Cajamurcia, y al decano de los fotógrafos taurinos, Francisco Cano, que ya estaba con la máquina fotográfica en la mano el día que, con solo tres meses de vida, Carlos Torres entró - en brazos de su madre - por vez primera a los toros el día de la mortal cogida de Manolete, y ahora le ha podido dejar inmortalizado el día que por primera vez pone una poesía en una plaza de toros.


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